martes, 2 de agosto de 2011

Alaska

El 3 de Enero de 1.959 Alaska pasó a ser el Estado número 49 de los Estados Unidos. Fue el penúltimo en incorporarse a los Estados Unidos,  sustituyendo a Texas como el más grande de la nación. Situado en el extremo noroeste de América del Norte, con capital en Juneau, se halla rodeado por los océanos Ártico y Pacífico, comparte frontera con Canadá, y está separado de Rusia por el estrecho de Bering.




Alaska recibe el nombre del vocablo aleutiano alyeska o alaxsxaq, que significa "tierra grande", o, más literalmente, "el objeto contra el que la acción del mar es dirigida".
La bandera de Alaska representa, sobre fondo azul, las estrellas que forman la constelación de la Osa Mayor y, en la esquina superior derecha, la Estrella Polar.



Estados Unidos trató, durante las primeras décadas del siglo XX, de mejorar las comunicaciones (sobre todo para conectar Alaska con el resto de los Estados Unidos por ferrocarril), y promover la colonización del valle de Matanuska. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial y las batallas navales en las islas Aleutianas con Japón cambiaron el rumbo de la política de los EE.UU. en los asuntos de Alaska. Así, en 1.942, se construyó en meses una carretera de comunicación, la Autopista Alcan, para garantizar la defensa del Territorio de Alaska, a la vez que establecieron nuevas bases militares, por ejemplo de radares, y se promovieron asentamientos civiles. El final de la guerra mundial y el comienzo de la Guerra Fría aceleraron la necesidad de integrar este territorio a la Unión. En 1.959 Alaska fue, por fin, aceptado como 49° Estado de los Estados Unidos de América.
El descubrimiento de importantísimos yacimientos petrolíferos ha permitido un enorme crecimiento económico en Alaska durante las últimas décadas, pese al aislamiento geográfico y a las duras condiciones de vida. El mayor hito de su desarrollo ha sido la construcción, a partir de 1.974, del Trans-Alaska Pipeline, un oleoducto de 1.269 Km. que une la Bahía Prudhoe con el puerto de Valdez. Pero el petróleo también ha sido el origen de ciertos desastres, como el accidente ocurrido en 1.989 cuando el superpetrolero Exxon Valdez encalló en las aguas de Alaska y provocó una marea negra que ha sido calificada como uno de los mayores desastres ecológicos de la historia.

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